jueves, 8 de septiembre de 2011

¡GOLONDRINAS! (viaje ideal) por Zoais

[Extraído de El cuento anarquista de Lily Litvak, este microrrelato escrito por alguien que firmaba con pseudónimo de Zoais, se público en el periódico anarquista de Baracaldo (Vizcaya) El látigo. De esta pieza llama la atención que no se dedica simplemente a hacer proselitismo político (esto tan sólo se hace patente eb la tres últimas oraciones del texto) sino que el autor construye un magistral poema en prosa de filiación vanguardista en el que el paisaje industrial del norte de España se describe a través de un juego de vibrantes metáforas futuristas. Una prueba más que la revolución y el arte de vanguardia no están reñidos, más bien todo lo contrario]


Fábrica dormida por Daniel Vázquez Díaz


A lo largo de la vía se extendían los cables de telégrafos, como pentagrama mágico, donde las negras golondrinas apoyadas semejaban diabólicas notas en fantásticas danzas, arpegiando con sus trinados gorjeos el himno hermoso de su cantata matinal, como salmodia de honor ofrendada al nuevo día que nacía por Oriente.

Las diamantinas perlas del roció adornaban formando, encantadora diadema, las multicolores florerillas que con sus abrientes caracolas ofrecían un beso de amor al alba que despuntaba

El tren corría, con vertiginosa carrera, como monstruosa serpiente de hierro, despidiendo su negro aliento que formaba una estela como el crespón luctuoso de una noche que espiro, crujiendo su férrea musculatura con sonido de martilleo.

Como por pantalla cinematográfica se asoman por las ventanillas cuadros de luz y hermosura y algunos que otros árboles parecen pasar veloces como guerrilleros del ejercito vegetal.

El estridente pitar de la locomotora anuncia la entrada del vehiculo en un túnel. Todo lo envuelven las tinieblas, y el eco de los hierros se hace mas estrepitoso, Parece que vamos camino del infernal abismo .Pasa tiempo. La luz vuelve a besarnos. El túnel ha terminado y el sale ufano de su madriguera. El humo que despide es blanco, como si fuera incienso derramado en loor del Sol que ya extiende sus vivificantes rayos por el horizonte.

El paisaje parece mas bello y hasta las golondrinas están alegres.

Llegamos.

"Acracia ¡Una eternidad!", repite la potente voz que vibra como una sentencia.

"¡Libertad, Felicidad, Amor!" resuena por el espacio.

Hemos llegado al fin de nuestro viaje. Estamos en la Tierra Libre.