miércoles, 22 de septiembre de 2010

TORMENTA por Pedro Garfias

[Pedro Garfias (Salamanca, 20 de mayo de 1901 – Monterrey, México, 9 de agosto de 1967) fue un poeta español de la vanguardia (...). Su infancia y juventud transcurrieron en Sevilla y Córdoba. Desde 1918 vivió en Madrid la bohemia literaria al llegar esta capital para estudiar Leyes, carrera que nunca terminó. Así entró en contacto con el Ultraísmo: en 1918 fue compañero de pensión de Eugenio Montes y fue entonces cuando, según afirma Bonet y niega él mismo, llegó a conocer a Vicente Huidobro. Bajo la tutela de Rafael Cansinos Assens en su tertulia del Café Colonial, un grupo de jóvenes poetas, entre los que hay que destacar por su proyección futura a Guillermo de Torre, César A. Comet, José Rivas Panedas y, por supuesto, Pedro Garfias, redactan el primer Manifiesto ultraísta (1918). Este texto, que no es más que una simple declaración de principios, termina con el anuncio de la publicación de una revista que llevará el título de Ultra y «en la que sólo lo nuevo hallará acogida». En 1919 intervino en la Fiesta del Ultra del Ateneo de Sevilla y al año siguiente declamó sus poemas presentado por Adriano del Valle. En 1920 figuró entre los firmantes de un poema automático colectivo enviado por Jorge Luis Borges a Tristán Tzara y proyectó con Gerardo Diego y Juan Larrea un libro que nunca vio la luz.

A partir de 1921, año en que aún participaría en una velada ultraísta, frecuentó la Residencia de Estudiantes, y en 1922 fue uno de los fundadores de la revista Horizonte. Bajo la doble influencia probable de José Juan Tablada y Miguel Pisarro, empezó a diluir su ultraísmo en el haikú y el romancillo. Entre 1922 y 1923 fundó la revista poética ultraísta Tableros, en la que colaboró con asiduidad. En 1923 volvió a la ciudad de su infancia, Osuna, como recaudador de contribuciones, residiendo asimismo en Écija, Cabra y La Carolina y colaborando en revistas literarias de estas poblaciones. Su primer libro, titulado El ala del sur, apareció en Sevilla en 1926 y fue reseñado por Adriano del Valle en La Gaceta Literaria, por Benjamín Jarnés en Revista de Occidente y por Joaquín Romero Murube en Mediodía. Dio un nuevo recital en el Ateneo de Sevilla y al año siguiente participó en el famoso Homenaje a Góngora, aunque no salió en la conocida foto de la Generación del 27.

Colaboró en diarios y revistas minoritarias. Fue uno de los poetas que con más entusiasmo se lanzó a las Vanguardias literarias del Dadaísmo, el Ultraísmo y el Creacionismo. Al sobrevenir la República ingresó en el Partido Comunista, a cuyo servicio puso la pluma. Impulsó la revista Línea y colaboró en Octubre, fundada en 1933. En 1934, año de su retorno a Madrid, publicó una serie de artículos con evocaciones de los años del Ultraísmo en El Heraldo de Madrid, la mejor y más clara descripción de aquella vanguardia auténtica surgida entre la revista sevillana Grecia y la madrileña Ultra, por no hablar de la citada Horizonte, donde publicaron Alberti y Lorca. En 1935 colaboró en el único número de Jeune Europe, intento de Tristán Tzara de atraer a los surrealistas hacia las posiciones ortodoxas. Tomó parte activa en la Guerra Civil en el bando republicano, como comisario del batallón Villafranca y del batallón Bautista Garcet. Figuró entre los fundadores de la Alianza de Intelectuales Antifascistas para la Defensa de la Cultura y estuvo en el frente de Córdoba de comisario político en Pozoblanco, luego en Valencia con un cargo en el Comisariado General de Guerra; colaboró en el periódico Frente Rojo y en las revistas Hora de España, El Mono Azul y demás publicaciones con poesías de ocasión recogidas en el volumen Poesías de guerra, Valencia, 1937. Otro libro suyo, Héroes del Sur, Madrid–Barcelona, 1938, fue ilustrado por Andrés Martínez de León. Al término de la guerra se exilió pasó a un campo de concentración francés y luego, en abril de 1939, a Inglaterra, donde vivió en un castillo y empezó a alcoholizarse. Allí compuso su “poema bucólico con intermedios de llanto” titulado Primavera en Eaton Hastings, libro publicado al llegar el 13 de junio de 1939 al puerto de Veracruz (México), evacuado a bordo del buque francés Sinaia como parte del primer contingente de mil seiscientos veinte republicanos expulsados de su patria. Cantor de Stalin como su prologuista Juan Rejano y demás demócratas defensores de la Cultura, acabó refugiándose en el periodismo y en el alcohol. Colaboró asiduamente en las revistas culturales del exilio como Romance, Cuadernos Americanos y otras. En algunos libros poetizó la tauromaquia. En 1938 le otorgó el Premio Nacional de Poesía un jurado formado por Antonio Machado, Enrique Díez Canedo y Tomás Navarro Tomás, por sus Poesías de la guerra española. Desde 1940 residió en México, murió en la ciudad de Monterrey donde aun permanecen sus restos. Los mexicanos le levantaron una estatua en la plaza Sevilla de Guadalajara (cruce de las avenidas Chapultepec e Hidalgo).

Extraído de Wikipedia]



Un aeroplano monstruo bufa sobre la noche

y el viento me golpea con sus dos puños.
Las almas de los muertos olvidados
danzan sobre los hilos telegráficos.
Y el aviador dispara
su pistola automática.
Noche aún.

Pero el día ya fuerza sus ventanas.
Explotó el polvorín del camapamento,
y un cuervo enloquecido
va arrancando girones de cielo con el pico.
Hay pájaros absortos
sobre las nubes rápidas.
Al pasar sobre mí
la noche me ha azotado con sus alas.


"Incuneandosi nell'abitato" por Tullio Crali


lunes, 13 de septiembre de 2010

POEMA BOLCHEVIQUE por Serafín Delmar

[Serafín Delmar (1901-1980), de verdadero nombre Reynaldo Bolaños, fue un poeta, periodista y luchador social peruano. Fue uno de los directores de trampolín-hangar-rascacielos-timonel, revista poética de la vanguardia peruana, entre 1926 y 1927. Fue desterrado de Perú junto a su compañera Magda Portal, otra figura destacable de la vanguardia del país andino, y viajó por Centroamérica México y Chile. A su regreso en Perú en 1930 dirige Apra, la primera revista aprista (socialista) peruana. Debido a su actividad política fue condenado en 1932 a 20 años de cárcel. Su poesía combina las preocupaciones sociales y la experimentación de corte futurista. Algunos títulos destacados: Los espejos envenenados (1926), Radiogramas del Pacífico (1927), El hombre de estos años (1929).]

en la ciudad
suenan los pitos de las fábricas
i los obtreros manchados de acero
proyectan sus sombras miserables
a la rústica cabaña de HAMBRE

los tranvías
por las calles escoltando los edificios
se llevan nuestra esperanza
i los automóviles persiguen nuestras
vidas trizadas de obreros incendiados
en el fuego de los motores eléctricos

los hilos
del pensamiento transmiten las ideas
del dinero a los bancos donde
nos vendieron los MAYORES

en las calles
vestidas de polvo se deshace el sol
i gritan los diarios en el bolsillo
de los transeúntes como apaches recién
desembarcados de grandes trasatlánticos

ciudad de acero
ciudad de fuerza donde golpeamos los años
con el fierro pavonado del futuro en las
calles abiertas de miseria para nuestros
ojos enfermos de tragedia

ciudad de los music's halls
donde la lujuria resbala por la bocas
cementerio de vida -por donde lame
la sombra de nuestra tumba
el lujo de los monarcas- la extravagancia
de los tiranos -la fiebre del militarismo
que nos pagan sangrando el corazón
con la misma espada que hicimos

CIUDAD
yo también soy obrero de dios
i que no se apague la lámpara de mi
camino
JUVENTUD
para el gran abrazo universal
que traerá sobre nuestros hombros
seis continentes con r u s i a




"Funeral por el anarquista Galli" por Carlo Carrà

martes, 7 de septiembre de 2010

SUPERAVIÓN Por Juan Marín

[Poeta, novelista, diplomático y ensayista, Juan Marín nació en Talca, el 23 de marzo de 1900. En 1921 se tituló como médico cirujano en la Universidad de Chile. Posteriormente, ingresó a la Armada, realizando su primer viaje a Europa en 1929, como doctor de la Escuadra Nacional. Se inició como representante de la vanguardia chilena y del futurismo con Looping, libro en el que según afirma Andrés Sabella, en los Cuadernos de poesía Hacia, “encarna al poeta-usina, sonoro como una guitarra de aluminio, viril, atlético, sediento de inmensidad...”. Desde 1932 hasta 1934, ejerció su profesión en el Hospital Naval de Punta Arenas. Allí escribió su gran novela Paralelo 53 Sur, friso magallánico del oro, la lana y el petróleo. Con fuerte sentido social, describió los fiordos, canales y puertos; las tempestades, los naufragios, las nevazones y las lluvias de aquella agreste zona del país. Fue uno de los exponentes mayores de la literatura del mar en Chile. De esta época datan también sus libros Alas sobre el mar, Un avión volaba y Margarita, el aviador y el médico; en los que volcó su admiración por los pioneros de la aviación austral. En 1934 publicó un libro de poemas, el que tituló Aquarium. En 1939, ingresó a la diplomacia, lo que le permitió recorrer el mundo, especialmente los países de Oriente: China, India, el Tibet y Egipto. Sobre todos escribió iluminadores ensayos, penetrando sus costumbres, culturas y religiones. Colaboró en las revistas Atenea, Zig–Zag, En Viaje, Repertorio Americano de Costa Rica y en El Mercurio de Santiago. Obtuvo el Premio Municipal de Santiago en 1936 por Paralelo 53 Sur, el Premio de Cuentos de El Mercurio (1937) y Premio Atenea de la Universidad de Concepción por El Egipto de los faraones (1954). Entre los más importantes ensayos sobre Juan Marín, destacamos “Juan Marín: Las novelas sociales en un mundo a medio cocer” publicado por Alfonso Calderón en la revista Vida Médica el año 1988; y “Juan Marín, médico, cuentista, novelista” de Luis Merino Reyes, aparecido en la Revista interamericana de Bibliografía, en 1964. Juan Marín falleció el 10 de febrero de 1963, en Viña del Mar.

Extraído de Memoria chilena]


Sobre el trampolín de los vientos vírgenes
la mariposa férrea ha brincado
un corazón piloto sale a caza
de constelaciones
anteojos tetraédricos chaquetas
impermeables para el desconcierto
rrrrrrrrrrrrr...
¡cómo zumba el moscardón de la muerte
en la frentes graníticas de las cordilleras!
El espacio es la negación de sí mismo
y el tiempo va caminando hacia atrás
rrrrrrrrrrr...
la hélice va trizando
los espejos de niebla del silencio
¿cuántos faroles de la Broadway aérea
puso un alcalde loco en la Vía Láctea?
Una mirada de hombre apagó
4 aerolitos apaches
con la linterna de sus alas pobres
el hombre entra en el pozo de la mina
y encuentra filones de oro errante
en los cordeles de las nebulosas
como un pañuelo recién lavado
una luna de lienzo está colgando
rrrrrrrrrrr r...
tirabuzón de hierro
¡adelante adelante!
Destapa todos los frascos del éter
10, 000 metros
olas que acarician la médula
el alma sale a columpiarse en Dios
allá abajo
la tierra se disfraza en el día de naranja
y luego se torna diminuta cabeza
de Jack Johnson
bajo las claraboyas del abismo
la placa micro-cósmica hace el cielo
de su vida
infinita escalera del espacio
mientras bajan las luces siderales
un Diógenes con alas va trepando
el hombre va embriagado de azul y de electrones
ya tiene en sus aurículas
la oscilación eterna
su advenimiento es fruto de una pasión de soles
muy lejos se ha apagado el último recuerdo
el beso de la novia y el adiós con lágrimas
cayeron al franquear los 5, 000 metros
el último terror la sugerencia
final de la muerte
quedó en los 10, 000
después
¡Oh! Borrachera de cósmicos brebajes!
¡Oh! Epilepsias de amores en el vértigo!
¡Succiones en los senos lactecentes
de la Venus de ámbar!
30, 000 metros
40, 000
50, 000...
por la película
de sus tálamos ópticos
Perla White va rodando disfrazada de estrella
en el carrousel de fuego de su elíptica
con las tijeras de sus alas
el hombre ha cortado una guedeja al sol
¡vuela el superavión!
Lo atraen las lunas de arrabal de los Oriones
en los negros carnavales del silencio
100, 000 metros
hay una cruz vagabunda
donde murió de asfixia Julio Verne
y tuvo el primer síncope el enorme Einstein
el motor...
rrrrrrrrrrr...
se ha perdido en las fuerzas múltiples
el corazón del hombre sigue
sigue
ascendiendo en los vórtices infinitos
en el telón del universo
se proyectan los signos
gritos astrales
nacen se rompen y mueren en sí mismos
más allá de las líneas en la danza
de horizontes enanos y de siglos microscópicos
más allá de los astros sobre el polvo
de oro atómico de las constelaciones
sobre el galope de las ideologías
en medio de las sombras del Cosmos
el hombre afirma su existencia milenaria
con el superavión de su pensamiento.


"Aeropittura" por Barbara

jueves, 2 de septiembre de 2010

POEMA-MECANO


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miércoles, 1 de septiembre de 2010

ENTREVÍAS


El paisaje se esquematiza

y el aire se satura
de líneas de energía
que convergen
en un punto del horizonte
en combustión
como renglones
de un pentagrama eléctrico
codificado
por el ímpetu de las catenarias
Un pájaro de carbonilla
rota –imantado– sobre un poste
pues el expreso del crepúsculo
viene incendiando las traviesas
con su jazz-band
de metales al rojo vivo
CLANC-clanc clanc-CLANC-clanc clanc-CLANC
Relinchan los raíííííííííííííííííííles
Mugen las ruuuuuuuuuuedas
Mariposas de alto voltaje
se extravían
en la selva de agujas
volantes y señales de peligro
–signos de puntuación
en la partitura del óxido–
y una luz de gálibo pone
punto y final a la gran epopeya
siderometalúrgica


"Estados de ánimo I. Las despedidas" por U. Boccioni

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