martes, 7 de septiembre de 2010

SUPERAVIÓN Por Juan Marín

[Poeta, novelista, diplomático y ensayista, Juan Marín nació en Talca, el 23 de marzo de 1900. En 1921 se tituló como médico cirujano en la Universidad de Chile. Posteriormente, ingresó a la Armada, realizando su primer viaje a Europa en 1929, como doctor de la Escuadra Nacional. Se inició como representante de la vanguardia chilena y del futurismo con Looping, libro en el que según afirma Andrés Sabella, en los Cuadernos de poesía Hacia, “encarna al poeta-usina, sonoro como una guitarra de aluminio, viril, atlético, sediento de inmensidad...”. Desde 1932 hasta 1934, ejerció su profesión en el Hospital Naval de Punta Arenas. Allí escribió su gran novela Paralelo 53 Sur, friso magallánico del oro, la lana y el petróleo. Con fuerte sentido social, describió los fiordos, canales y puertos; las tempestades, los naufragios, las nevazones y las lluvias de aquella agreste zona del país. Fue uno de los exponentes mayores de la literatura del mar en Chile. De esta época datan también sus libros Alas sobre el mar, Un avión volaba y Margarita, el aviador y el médico; en los que volcó su admiración por los pioneros de la aviación austral. En 1934 publicó un libro de poemas, el que tituló Aquarium. En 1939, ingresó a la diplomacia, lo que le permitió recorrer el mundo, especialmente los países de Oriente: China, India, el Tibet y Egipto. Sobre todos escribió iluminadores ensayos, penetrando sus costumbres, culturas y religiones. Colaboró en las revistas Atenea, Zig–Zag, En Viaje, Repertorio Americano de Costa Rica y en El Mercurio de Santiago. Obtuvo el Premio Municipal de Santiago en 1936 por Paralelo 53 Sur, el Premio de Cuentos de El Mercurio (1937) y Premio Atenea de la Universidad de Concepción por El Egipto de los faraones (1954). Entre los más importantes ensayos sobre Juan Marín, destacamos “Juan Marín: Las novelas sociales en un mundo a medio cocer” publicado por Alfonso Calderón en la revista Vida Médica el año 1988; y “Juan Marín, médico, cuentista, novelista” de Luis Merino Reyes, aparecido en la Revista interamericana de Bibliografía, en 1964. Juan Marín falleció el 10 de febrero de 1963, en Viña del Mar.

Extraído de Memoria chilena]


Sobre el trampolín de los vientos vírgenes
la mariposa férrea ha brincado
un corazón piloto sale a caza
de constelaciones
anteojos tetraédricos chaquetas
impermeables para el desconcierto
rrrrrrrrrrrrr...
¡cómo zumba el moscardón de la muerte
en la frentes graníticas de las cordilleras!
El espacio es la negación de sí mismo
y el tiempo va caminando hacia atrás
rrrrrrrrrrr...
la hélice va trizando
los espejos de niebla del silencio
¿cuántos faroles de la Broadway aérea
puso un alcalde loco en la Vía Láctea?
Una mirada de hombre apagó
4 aerolitos apaches
con la linterna de sus alas pobres
el hombre entra en el pozo de la mina
y encuentra filones de oro errante
en los cordeles de las nebulosas
como un pañuelo recién lavado
una luna de lienzo está colgando
rrrrrrrrrrr r...
tirabuzón de hierro
¡adelante adelante!
Destapa todos los frascos del éter
10, 000 metros
olas que acarician la médula
el alma sale a columpiarse en Dios
allá abajo
la tierra se disfraza en el día de naranja
y luego se torna diminuta cabeza
de Jack Johnson
bajo las claraboyas del abismo
la placa micro-cósmica hace el cielo
de su vida
infinita escalera del espacio
mientras bajan las luces siderales
un Diógenes con alas va trepando
el hombre va embriagado de azul y de electrones
ya tiene en sus aurículas
la oscilación eterna
su advenimiento es fruto de una pasión de soles
muy lejos se ha apagado el último recuerdo
el beso de la novia y el adiós con lágrimas
cayeron al franquear los 5, 000 metros
el último terror la sugerencia
final de la muerte
quedó en los 10, 000
después
¡Oh! Borrachera de cósmicos brebajes!
¡Oh! Epilepsias de amores en el vértigo!
¡Succiones en los senos lactecentes
de la Venus de ámbar!
30, 000 metros
40, 000
50, 000...
por la película
de sus tálamos ópticos
Perla White va rodando disfrazada de estrella
en el carrousel de fuego de su elíptica
con las tijeras de sus alas
el hombre ha cortado una guedeja al sol
¡vuela el superavión!
Lo atraen las lunas de arrabal de los Oriones
en los negros carnavales del silencio
100, 000 metros
hay una cruz vagabunda
donde murió de asfixia Julio Verne
y tuvo el primer síncope el enorme Einstein
el motor...
rrrrrrrrrrr...
se ha perdido en las fuerzas múltiples
el corazón del hombre sigue
sigue
ascendiendo en los vórtices infinitos
en el telón del universo
se proyectan los signos
gritos astrales
nacen se rompen y mueren en sí mismos
más allá de las líneas en la danza
de horizontes enanos y de siglos microscópicos
más allá de los astros sobre el polvo
de oro atómico de las constelaciones
sobre el galope de las ideologías
en medio de las sombras del Cosmos
el hombre afirma su existencia milenaria
con el superavión de su pensamiento.


"Aeropittura" por Barbara