[Poeta español nacido en Santander en 1896. Estudió Filosofía y Letras en la Universidad de Deusto y posteriormente en las de Salamanca y Madrid, donde se doctoró. Fue catedrático de Lengua y Literatura en el Instituto de Soria, y sucesivamente enseñó la misma asignatura en los Institutos de Gijón, Santander y Madrid. Participó con Juan Larrea y Vicente Huidobro en el movimiento creacionista. Obtuvo el Premio Cervantes de Literatura y fue miembro de la Real Academia de la Lengua hasta su muerte en 1987. Su obra se inició en 1920 con «El romancero de la Novia», y continuó con numerosas publicaciones entre las que se destacan, «Manual de Espumas» 1924, «Poemas Adrede» 1932, «Ángeles de Compostela» 1940, «Amor solo» 1958, «Nocturnos de Chopin» 1962, «La Fundación del Querer» 1970 y «Carmen Jubilar» 1973.
(Tomado prestado de A media voz)]
Hombre con pipa de Picasso
A Vicente Huidobro
Por vez primera entre la lluvia muerta
cantaban los tranvías zozobrantes
Y en la sala del piano
un esqueleto
jugaba al ajedrez con guantes negros
Golondrinas precoces recitaban sus versos
La abuela junto al tiempo
rezaba su rosario de nietos
Y el rumor de las sombras en la estancia
encendía romanzas sin palabras
A la luz pensativa de mis manos
todo lo voy contemplando
Los balcones en folio
miniados de países musicales
y de los que pendían como sellos
lágrimas verticales
La retreta de sueños
y papeles pintados
desfilando a compás
sobre los puentes del ocaso
Y un día
la cometa
que desaté en mi regazo
y ancló desorientada en el pasado
En la ciudad dormida
salían retozando de la escuela
los signos ortográficos
Y los ángeles de la guarda
en el pico traían las estampas
Para los meses muertos
no siembran ataúdes los sepultureros
Venid que os embalsame
Sobre vuestros disfraces arrugados
yo nevaré mis versos
Aquel corro de niñas
Para la primavera
los besos maduros caerán de sus trenzas
Por entonces Mambrú volverá de la guerra
En las revistas ilustradas
las efemérides
se han convertido en alas disecadas
Y el lápiz que planté
alumbra la calle como un farol
Me he asomado al balcón
En un pañuelo amortajado
Llevaban a enterrar el último adiós
Los verbos irregulares
brincan como alegres escolares
Por el termómetro trepa la emoción
En una sonata blindada
me embarqué con la brújula imantada
Las campanas vuelan en mi cabellera
La novia que me espera
se ha amputado las alas
Voy midiendo las millas con mis rimas
A la hora del té
los abanicos bailan un minué
Para apagar mi sed
fumé todas las islas
La lámpara del estío abrió
su sombrilla
Y un hálito de playa
atraviesa la lona de campaña
De tienda a tienda
el oasis cuelga sus hamacas
Todos los astros corren en las regatas
Ella ondea en la meta con la copa en la mano
El lecho del estío está lleno de náufragos
En el hall del hotel
las playas pelotaris
jugaban al tenis
Un día al despertar
me sentí acariciado de campanas pascuales
Con la capucha descubierta
pasaron en procesión las catedrales
Los pilluelos jugaban a los dados
con ojos de mujer
Galanes apasionados
rasgueaban las rejas
Sin saber cómo
me hallé a las puertas del aeródromo
Como un gorrión herido
cojeaba el aeroplano
El buen veterinario condolido
le llevó a la barraca
Una noche en un globo
vino a mí el bulevar
La trenza enroscada al cuello
no le dejaba hablar
Yo le fui desnudando
beso a beso
sin notar que se apagaba
entre mis brazos
Sobre la acera mortuoria
con el paraguas estilográfico
le escribí el epitafio
Y a mi alborotado ruiseñor
lo encerré en la jaula
y oprimí el botón del ascensor
Las manos en los bolsillos
me alejé por los años entoldados de plátanos
Salamancas diáfanas
quemaban los domingos en las plazas
Y las romerías mártires
hilaban en sus torres danzas ágiles
Las coplas enlazadas
ciñeron un collar a mi garganta
Como péndulos
lentos
del ocaso
los pueblos olvidados tocaban a muerto
Y en la estación del alba
ahorcaron el reloj y la campana
En los sepulcros prolongados
a lo largo de las fiestas
dormían los itinerarios
Y mi hijo aún no nacido
lloraba entre las hojas de mi libro
Mariposas efímeras Los besos malogrados
volaban de mi pipa desfilaban por mis párpados
Al remover el álbum
los tirabuzones
me tendieron sus brazos
Y las recién nacidas vacaciones
en sus axilas tibias
en vez de libros de texto traen nidos de vencejos
Una mano inocente
Entre mis dedos
ríe el mundo transparente
El aeroplano viejo
posado en el destierro
no puede alzar la vista agonizante
En la hoguera
sin
lumbre
voy quemando uno a uno los instantes
Sembrando mis imágenes
me hallaréis olvidado entre la nieve
La mujer paisaje
desnuda como un circo
canta tardes antiguas
en las trémulas gargantas del ramaje
En las aguas del piano
se ha ahogado aquel recuerdo
sin dejar rastro ni de sus cabellos
La sirena aúlla
como un perro lejano
Los años venideros
se han extraviado allá por los senderos
Todo lo voy contemplando
a la luz soñadora de mis manos
Mi gesta encadenada
se alzará arco tras arco
como el gran acueducto de los siglos
Y allá Tras las murallas
Anclada en el silencio
La biblioteca
El tiempo sabe a cloroformo
A la luz de mis dedos
que arden como cirios
lo veo
Todos los paraguas
acuden a mi entierro
Y doncellas sin novio
me esposan las manos
con un rosario póstumo de versos